lunes, 15 de junio de 2020

Mujer, quedas libre de tu mal



Tienes a la vista una escena ejemplar donde puedes apreciar la gran humanidad de Jesús: «Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma, encorvada y sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer quedas libre de tu enfermedad”» (cf Lc 13,11-12).

No pases por alto el gesto liberador de Jesús. Es un día de sábado y Jesús no puede esperar a liberar a esta pobre mujer sujeta a una terrible enfermedad. Los fariseos no pueden ver que Jesús no guarde la Ley, pero él es así y su misión es curar.

En muchas ocasiones vives encorvado hacia la tierra, sin poder levantar la vista hacia lo transcendente, clavado en lo material, en lo humano, y necesitas que pase Jesús a tu lado y te diga: «Quedas libre de tu enfermedad». Tú también tienes que hacer estos gestos liberadores, ser solidario y curar al que tienes al lado.

¿Cómo es tu mirada: hacia la tierra y lo caduco o hacia arriba? ¿Te dejas llamar, imponer las manos y curar? ¿Eres solidario con los oprimidos o los que sufren? Pasa con detenimiento un tiempo haciendo una lectura reposada de esta bella escena y pídele al Señor que te cure de verdad: Señor, mi vida muchas veces tiende hacia las cosas de la tierra y no aprecia tu mirada. Cúrame y haz que me sienta tocado con tu mano liberadora de todos mis males. Dame un corazón solidario para los demás.

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