PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL
ROSARIO – ANOLAIMA
JUEVES SANTO (MISA VESPERTINA)
ABRIL 13 DE 2017
MONICIONES
ENTRADA:
Hermanas y hermanos, en esta tarde santa, como comunidad
creyente, nos unimos alrededor de la Mesa, reviviendo aquel momento entrañable.
Jesús sabía que aquella era su «última cena»; y sabía también que estaba
decretada su muerte. Antes de despedirse de sus amigos, quiso sentarse alrededor
de la mesa, y, con unos sencillos gestos, resumió todo el sentido de su vida. Vivamos
con intensidad esta celebración, dejándonos transformar por la Palabra de Dios
y por la comunión en su Cuerpo, y así construyamos la gran fraternidad que soñó
Jesús para todos.
GLORIA:
Durante la Cuaresma, tiempo de penitencia y de conversión,
no hemos proclamado el Gloria. En este Día Santo, llenos de gozo y alegría por
la entrega de Jesús, que ha querido compartir con nosotros su Palabra y la
Eucaristía, para alimentarnos todos los días de nuestra vida, entonamos este
himno de alabanza.
LECTURAS: La liturgia nos sitúa en el marco de la cena pascual judía que Cristo celebró con los apóstoles. El texto del Éxodo que ahora proclamamos expone la prescripción y los ritos de aquella celebración. Por su parte, el relato de san Pablo sobre la institución de la Eucaristía nos cuenta lo que Cristo hizo según «una tradición que viene desde el Señor». Es un testimonio único de la celebración eucarística de la Iglesia primitiva y una síntesis del Misterio Eucarístico.
LECTURA
DEL EVANGELIO: «Os doy el mandato nuevo…» El Evangelio del lavatorio de los
pies es de los que no necesitan presentación, sino atención y vivencia: hacerlo
vida de nuestra vida. Abramos el corazón al mensaje que ya resuena en nosotros:
«Un mandamiento nuevo os doy».
LAVATORIO
DE PIES: Muchos recordaréis cómo en este día el sacerdote, en nombre
de la comunidad, lavaba los pies a algunos miembros de la Asamblea queriendo
repetir el gesto de Jesús en aquella cena. Este gesto de lavar los pies, tan
rico en significado, quizá haya perdido, para algunos y en nuestra cultura, fuerza
queremos que todos podamos participar y expresar de alguna forma esa actitud
característica de Jesús y sus amigos: el servicio y la ayuda a los demás.
OFRENDAS:
Ahora preparamos la mesa para celebrar el banquete.
Colocamos, en primer lugar, el pan y el vino; junto a ellos presentamos nuestra
ofrenda como signo de solidaridad con los necesitados. La fe vivida con
autenticidad ha de llevarnos a compartir nuestro tiempo y nuestros bienes con
los necesitados, así sí celebraremos de verdad la Eucaristía.
•
Presentación del pan: Te traemos, Señor este pan. Es el
símbolo de nuestra alimentación más básica
y del hambre, por su carencia, que sufren millones de personas en este mundo.
Pero es también el símbolo de tu Eucaristía, el de tu Cuerpo entregado por los
hombres. Danos hoy, Señor, la fuerza de tu Cuerpo para empeñarnos en la realización
de los compromisos que nos nacen de la actualización de la muerte y resurrección
de tu Hijo.
•
Presentación del vino: Te
traemos, Señor, este vino. Vino que alegra nuestro corazón, acercándonos unos a
otros en la felicidad de la fiesta. Es también el signo de la Sangre derramada
por nosotros en la pasión y en la cruz. Con ella queremos expresar que es
posible un mundo distinto, fruto del amor y de la justicia, donde no cabe la
explotación de unos por otros, las desigualdades y las injusticias.
PROCESIÓN
AL MONUMENTO: Hemos celebrado la cena del Señor. Mañana celebraremos la
pasión de Cristo, pero sin Eucaristía. Para poder comulgar con la vida que el
Señor nos gana con su muerte, guardamos las formas consagradas hoy. Y lo
hacemos reservándolas en un lugar sencillo aunque destacado: el monumento, para
que, también de modo sencillo y profundo, meditemos los grandes misterios de
salvación que Cristo realiza en su pascua. Acompañamos el traslado con nuestra
alabanza al Señor y a su misterio eucarístico.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
Oremos
a Dios Padre, que en Jesucristo su Hijo nos ha amado hasta el extremo, y digámosle
confiados:
SEÑOR, AYÚDANOS A SERVIR A
LOS DEMÁS
1.
Por la Iglesia, cuerpo de Cristo, para que guarde la unidad
en la caridad que quiso para ella Jesucristo y así el mundo crea, roguemos al Señor.
2.
Por todo el pueblo
cristiano, para que en ti Señor, que lavas los pies a los apóstoles, y
en la mesa partes el pan y ofreces el cáliz, sepa reconocer los grandes signos
de tu realeza y de tu amor, roguemos al
Señor.
3.
Por los gobernantes de las naciones, para que sirvan a sus
pueblos promoviendo la justicia y la paz, roguemos
al Señor.
4.
Por quienes pasan hambre, para que el Señor les dé el
alimento necesario, a través de sus hermanos en el Bautismo y puedan así suplir
su necesidad, roguemos al Señor.
5.
Por nosotros, aquí reunidos para participar de la Cena del
Señor, para que siguiendo el ejemplo de Cristo, vivamos el Mandamiento de amar
a todos, roguemos al señor.
Dios
Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que entregaste a tu Hijo a la
muerte por nosotros, escucha nuestras súplicas y concédenos lo que te pedimos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
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