martes, 16 de junio de 2020

El grano de mostaza y la levadura



Así es el reino de Dios: «El reino de Dios es semejante a un grano de mostaza que un hombre siembra en su huerto; creció, se hizo árbol y los pájaros anidaron en sus ramas. El reino de Dios es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó» (cf Lc 13,18-21).

Dios, su Reino, su amor es para ti como un granito de mostaza o una pequeña cantidad de levadura, todo pequeño, que poco a poco va creciendo en ti y se hace voluminoso árbol donde todos pueden cobijarse bajo su sombra.

Es importante que no desaproveches todo lo que Dios te va ofreciendo para que su acción sea transformante, aunque a veces sea oculta y visible solamente a los ojos de Dios, pero tienes que estar muy atento, porque en este reino de Dios anida mucho mal: la soberbia del corazón del hombre, los egoísmos, las injusticias, las dificultades del camino, etc. Y como buen analizador de tu vida, tienes que saber transformar, con la ayuda del Señor, esta débil masa tuya en eficiencia.

Analiza, examina cómo desarrollas el amor de Dios: ¿dedicas esfuerzos a fermentar el Evangelio en tu vida? ¿Qué haces de la levadura y el granito de mostaza que Dios te da? Pídele transformar tu forma de vivir: Desarrolla, extiende tu Reino en mí, Señor. Que no sea impedimento para dar vitalidad a mi vida y a tu Evangelio. Que aunque sea lenta y oculta mi historia, pueda hacer desarrollar en buen árbol tu fuerza evangelizadora. Ayuda a crecer tus valores en mí.

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