Jesús es la Puerta; nuestra vida debe pasar por Jesús para ser sanada, purificada e impulsada hacia las fuentes tranquilas del amor divino.
En la situación en que nos podamos encontrar, ¿Jesús representa realmente esa puerta, ese principio, ese centro en torno al cual gira mi vida? ¿Soy capaz de escuchar la voz del Buen Pastor, que me llama a entrar por La Puerta de la verdad, del amor, del respeto, de la alegría?
Tenemos un Buen Pastor. En Él podemos depositar toda nuestra vida con sus triunfos y sus fracasos, con nuestras miserias y nuestros sueños. El señala el camino cierto.
No desaprovechemos la oportunidad para acercarnos a la Santa Misa y dar gracias por nuestra vida y nuestras familias. Pedir de manera insistente por la paz del mundo, y pedir por nuestros pastores, El Papa, los Obispos y Sacerdotes que, en medio de la debilidad humana, nos guían y alimentan compartiendo su testimonio, la Palabra y la Eucaristía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario