sábado, 24 de septiembre de 2016

Moniciones Domingo XXVI TO - Ciclo C

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
DOMINGO 25 DE SEPTIEMBRE DE 2016 – XXVI DEL T.O.

MONICIONES

ENTRADA: Hermanos: nos reunimos para dejar que Dios enjuicie nuestra vida a la luz de la Palabra. Desde el comienzo de esta celebración, seamos obedientes a la voz del Espíritu Santo y descubriremos  si estamos o no siguiendo a Jesús en la búsqueda de su Reino.

LECTURAS: Muchas veces, seducidos por las riquezas de este mundo, llevamos una vida fácil y cómoda que no conduce a la verdadera felicidad. Escuchemos con devoción y atención la Palabra de Dios que se nos propone para esta celebración dominical.

ORACIÓN DE FIELES

Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, para que escuche las oraciones de los que nos reunimos en su nombre y digamos:

DIOS DE AMOR, ATIENDE NUESTRA ORACIÓN

  1.      Por la Iglesia, para que tanto los pastores como los fieles se sientan cada vez más comprometidos en las iniciativas de caridad a favor de los necesitados, oremos.
  2.      Por las naciones ricas, para que sientan el deber de compartir sus recursos con los pueblos más necesitados, oremos.
  3. Por quienes están apegados a los bienes materiales, para que comprendan la dependencia absoluta que todos tenemos de Dios, oremos.
  4.      Por los pobres y necesitados, para que descubran  que la Buena noticia de Cristo va dirigida especialmente a ellos, y la acepten con alegría de corazón, oremos.
  5.      Por nosotros, para que el Evangelio que hemos escuchado abra nuestros ojos, nuestro corazón y nuestras manos a las necesidades de nuestros hermanos que viven en pobreza, oremos.

Señor, tu que serás juez al final de los tiempos y de la historia, danos la gracia de llegar a ser artífices de una sociedad más justa y fraterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

OFERTORIO: Con el pan y el vino, llevamos hasta el altar nuestro deseo de querer alimentar nuestra vida con la presencia de Jesús resucitado.


COMUNIÓN: Jesús mismo se nos ofrece como alimento espiritual, si estamos realmente reconciliados con Dios y con nosotros mismos acerquémonos a recibirlo y hagámonos uno con Él.

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