DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
– CICLO C
JUNIO 19 DE 2016
MONICIONES
ENTRADA: Hermanos y hermanas, nos reunimos
para escuchar la Palabra de Dios y alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre de
Jesús. En esta fiesta de la Eucaristía, nos encontramos con una pregunta muy
importante que nos hace Jesús ¿quién es El para nosotros? Conscientes de la
necesidad de conocer y anunciar a Jesús Vivo y resucitado, iniciemos la Santa
Misa.
LECTURAS: El Evangelio nos señala el camino de la vida cristiana: seguir a Jesucristo
y llegar a vivir en El con Dios. San Pablo nos recuerda que por el bautismo
hemos sido revestidos de Cristo, y las virtudes teologales nos permiten
participar de la vida de Dios y llevar una vida moralmente buena. Escuchemos
atentos.
ORACIÓN DE FIELES
Elevemos nuestras súplicas a Dios
quien quiso manifestar su infinita misericordia a través de su hijo Jesucristo,
redimiendo en la cruz todos nuestros pecados. Con confianza y agradecimiento,
dirijámonos a Dios diciendo:
PADRE DE AMOR, ESCÚCHANOS
1.
Te pedimos
por la Iglesia Universal, por sus Ministros y por todos los que dedican su vida
a anunciar a Jesús y su mensaje salvador a quienes no lo conocen o han perdido
el sentido y la esperanza en su vida.
2.
Te pedimos
por los gobernantes del mundo y en especial por los de nuestro país; que sus
decisiones políticas sean siempre en beneficio del pueblo y no guiadas por
intereses particulares.
3.
Te pedimos
por los que creen en Jesús de manera
equivocada, y lo han convertido en un simple amuleto o en un artículo supersticioso,
para que escuchando el Evangelio, se den cuenta que Jesús es el Camino la
Verdad y la vida, el hijo de Dios vivo.
4.
Te pedimos
por nosotros, para que al participar de tu santa Eucaristía, se fortalezca
nuestra fe y crezcamos en el amor, para anunciar la Buena Noticia del Reino de
Dios con el testimonio, en medio de nuestras familias y a donde vallamos
durante esta semana.
5.
Te pedimos
por nuestros familiares y amigos enfermos, para que nuestra oración y nuestra
presencia sean alivio y esperanza.
6.
Te pedimos
por los difuntos y por sus familias, para que en la muerte, contemplemos
también la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte.
Escucha Señor nuestras suplicas y
confórtanos en tu amor y tu bondad.
OFERTORIO: el Pan y el vino que te
presentamos, unido a nuestra ofrenda económica, sostienen la misión de la
Iglesia. Nuestra ofrenda es una manera de agradecer tu inmenso amor y misericordia con nosotros.
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