miércoles, 8 de julio de 2020

Señor, quiero ver



A través de Bartimeo se te da un modelo insuperable de fe: «Un mendigo ciego, Bartimeo, estaba sentado al borde del camino y al saber que pasaba Jesús Nazareno, empezó a gritar: “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí”... Jesús le dijo: “¿Qué quieres que haga?”. “Señor, que vea”... “Anda, tu fe te ha salvado” (cf Mc 10,46-52).

Estas son las actitudes que tienes que tener, como las de nuestro ciego Bartimeo: sentirte ciego, necesitar salir de tus apegos y de ti mismo, ponerte al borde del camino esperando a Jesús que pasa, escuchar su voz y sus pasos, y comenzar tu oración intensa: «Señor, quiero ver, necesito ver, veo todo lo humano, pero no te veo a ti. Dame la visión que necesito para saber dimensionar la vida que llevo». La luz es tu símbolo de alegría y felicidad y la ceguera es símbolo de muerte, de desgracia y de lágrimas. Necesitas con urgencia entrar en el camino de la luz y desprenderte de las tinieblas.

Revisa tus formas de ceguera: ¿cuáles y cómo son? ¿Qué haces para salir de ti mismo y ponerte en el borde del camino de Jesús? ¿Realizas todos los movimientos del ciego Bartimeo que son las formas de acudir al Señor en tus necesidades? ¿Das el salto de salir de ti mismo y dejar que el Señor te interrogue?

Pídele hoy con energía: Con los ojos de un ciego necesito verte, Señor. Necesito tu luz. Necesito salir de las tinieblas que inundan mi vida. Te reclamo una y muchas veces: «Señor, que vea». Quiero ver tu voluntad. Quiero recorrer contigo el camino que me ofreces. Pon luz a mis ojos para que te vea en todo lo que ocurra en mi vida.

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