sábado, 4 de julio de 2020

Diez curados: un solo agradecido



Diez leprosos cubiertos de su impura lepra reclaman la salud de Jesús con mucha insistencia, y al encontrarle por el camino le gritan: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros» (Jn 17,13). Con urgencia quieren ser curados y, cuando se ven así, solamente uno vuelve a darle las gracias al Señor. Al Señor le duele la actitud de desagradecimiento de estos leprosos.

Jesús siempre está dispuesto a curarte todo tipo de enfermedades materiales y espirituales. Siempre que acudes a él te limpia de tus lepras, pero espera un mínimo agradecimiento por tu parte. Hoy el Señor te reclama la gratitud.

Las muestras de agradecimiento las puedes manifestar de muchas maneras: con palabras, con gestos, con detalles en los que te desvivas por los demás. El Señor espera tu reconocimiento a su amor y le duele que no vuelvas a manifestarle tu amor. No solo es pedir ayuda. No solo es verte curado y atendido. Sé agradecido y manifiesta que te has sentido amado por un Dios que te desborda. Hoy también puedes poner en tu interior a las personas que ves a tu paso que se desviven por los demás.

¿Sabes decir continuamente «gracias» no solo de palabra sino con tus gestos de amor? ¿Te sientes limpio de tus lepras? ¿Acudes al Señor gritándole: «Jesús, ten compasión de mí»? Cultiva la gratitud en tu entorno.

Gracias, Señor, por ser mi salud y mi salvación. Hazme agradecido a tanto bien como me haces. Que en mi vocabulario nunca falte la palabra «gracias». Que valore y aprenda de las personas que se muestran agradecidas.

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