sábado, 11 de julio de 2020

Así es la bondad de Jesús



Observa hoy con atención cómo es el corazón de Dios: «Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”» (cf Lc 15,1-2).

Así es la bondad y misericordia de Jesús; y manifiesta tanto este amor que todos los publicanos y pecadores quieren estar con él. No ven en él nada de rechazo, no le juzgan, no le critican; al contrario, quieren estar a su lado para que les ayude a liberarse de sus males materiales y espirituales.

Pero observa que la atracción de Jesús son los pobres, los que son rechazados por la sociedad, los limitados, los menesterosos. Estos son los que poseerán el reino de Dios. Para ser amigo de Jesús, para estar y sentir sus encuentros tienes que acercarte con la humildad de un pecador necesitado.

Acude a él con toda sencillez, con toda confianza, con toda necesidad de salud y de vida. Acude sin miedo, sabiendo que él es la fuente de todas las gracias y de todas las virtudes. Acude con amor, sabiendo que a él le agrada que estés con él para que aprendas a caminar a su lado y a sentir, a hablar y a experimentar los sentimientos tan profundos de su corazón. No dudes.

Señor, me siento necesitado de ti. Me siento pecador. Gracias por compartir tu mesa conmigo. Gracias por acogerme y quererme con tanta bondad y misericordia. Gracias, Señor. No dudaré en estar siempre a tu lado.

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