jueves, 25 de junio de 2020

Y salió el sembrador a sembrar



«Salió el sembrador a sembrar» (Mt 13,3). Pero, ¿quién es este sembrador para ti? Es Jesús mismo que desea estar en tu vida y por esto esparce la semilla que es su mensaje de amor especialmente preparado para ti, esperando que des el cien por cien de fruto.

Y acontece que «al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron». Cuando Jesús no puede germinar en ti porque tu vida es un continuo vaivén, entonces tu vida es un desorden y un caos. Es imposible que Jesús pueda anidar en ti. ¿No serás tierra-camino? «Otra parte cayó en tierra pedregosa y como la tierra no era profunda brotó enseguida, pero por falta de raíz se secó» (cf Mt 13,5). «Otra cayó entre abrojos y espinas, que crecieron y la ahogaron» (cf Mt 13,7). Las preocupaciones, las faltas de amor que dañan a los demás, las espinas que ofreces con tus actitudes ahogan el amor de Dios en ti. «Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una ciento, otra setenta, otra treinta. El que tenga oídos que oiga» (cf Mt 13,8). Pero si recibes la palabra de Jesús y la haces tuya, Jesús felizmente fructifica y llena tu vida.

Piensa: ¿cómo acoges el mensaje de Jesús? ¿Cómo es la tierra de tu corazón? Acoger la Palabra exige compromiso. No lo desaproveches.

Jesús, quiero ser tierra buena para acogerte, amarte y entregarte a los demás. Quita de la tierra de mi vida todo lo que estorba para que tú crezcas en mí con toda fuerza y dé el cien por cien de frutos de tu amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada