Consoladora la frase de Jesús en esta bellísima parábola: «¡Alegraos conmigo, he encontrado la oveja que se me había perdido!» (cf Lc 15,6). Jesús es la total misericordia y refleja la bondad de su Padre. Así lo vemos en este Buen Pastor que tiene cien ovejas y se le pierde una, y deja las noventa y nueve hasta que no encuentra la que se le ha perdido.
Jesús siempre te está buscando, te llama, te espera, te recibe, te carga sobre sus hombros y con sus silbidos amorosos te hace entrar en el redil de su corazón. Cuando no quieres seguirle, te metes en amargos caminos sin salida. Pero, ¡qué suerte!, siempre tienes al Buen Pastor esperándote. Así es Jesús.
No dejes también de deducir de este pasaje que tienes que dedicarte a los demás, a ser Buen Pastor que carga con la oveja perdida; no la rechaza, al contrario, la acoge y la perdona. Esta es la actitud que debes tener con el pecador.
¿Sabes actuar al estilo de Jesús? Disfruta del gozo de cargar sobre tus hombros a las personas perdidas en tu camino.
Gracias, Señor, por esta gran lección de amor. Gracias por acogerme y llevarme sobre tus hombros hacia el redil de tu corazón. Gracias por seguirme y no dejarme perdido en el camino. Que sepa también ser el Buen Pastor para los demás.
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