sábado, 6 de junio de 2020

No exigir signos para creer



¡Cuántas veces te pasa lo que a estos escribas y fariseos: que necesitas y exiges señales para creer! Tendrás que oír a Jesús que te dice, como a los fariseos que le insisten que quieren verle hacer milagros: «Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se les dará más signo que el del profeta Jonás» (cf Mt 12,38-39).

Jesús quiere que le aceptes no por los signos y pruebas de cualquier clase, sino por sí mismo y su mensaje. Él es la mejor prueba, no esperes nada mejor: él, su Palabra, su vida y su obra. Y si quieres más: su resurrección, que es la máxima prueba de que está siempre con nosotros.

Te pone Jesús el ejemplo de Jonás y cómo los habitantes de Nínive escucharon su mensaje y se convirtieron. Tú también tienes el privilegio de escuchar al mismo Dios en ti y convertirte. ¿Te preocupas de dar sentido a tu vida desde la palabra de Dios? ¿Conviertes tu vida en verdadera fe? ¿Aceptas a Dios sin comprobarle, sin verle?

Descubre el sentido de Dios en tu vida y cree. Pídeselo con fe: Señor, creo, pero aumenta mi fe. Sé que eres invisible, pero sé que estás en mí dándome tu vida, tu espíritu y tu amor. Que sepa aflorarte al exterior y vivir en la dimensión de fe que conduce mi vida. Madre de la fe, ayuda mi falta de fe y esperanza.

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