viernes, 19 de junio de 2020

Jesús, libertador del hombre



Hoy de nuevo ves a Jesús firme en sus actuaciones de hacer el bien por encima de la ley de los judíos. Para ellos la observancia de los sábados es primordial, pero para Jesús lo principal es el hombre: «Jesús, tomando la palabra, dijo a los maestros de la Ley y a los fariseos: “¿Es lícito curar en sábados o no?”. Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió» (cf Lc 14,2-4).

Aprende de Jesús. Quiere decirte que, aunque es el dueño del sábado, nunca puede su observancia ir en contra del amor hacia la persona necesitada. Él te libera de todas las opresiones que tengas, bien del cuerpo o del espíritu. Te quita todo el mal que tengas y con su amor y misericordia te demuestra cómo tienes que actuar en las ocasiones que se te presenten: estando muy atento a todo el que sufre.

Hoy Jesús te pregunta: ¿cuál es tu forma de hacer el bien? ¿Qué es para ti lo más importante, las normas o la necesidad de sanar, liberar y preocuparte del que sufre?

La curación de este enfermo te enseña que debes acudir a Jesús en busca de la salud, pero que debes ser agradecido porque él se adelanta a curar tus deficiencias. Valora su bondad y su cariño hacia ti.

Quiero, Señor, comprometerme a hacer siempre el bien. Dame luces para adivinar dónde está el mal, para ayudar y sanar a los que me necesitan o no tienen a nadie que les eche una mano. Que no deje de acudir a ti en todas las necesidades y que aprenda que por encima de todo está el amor.

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