Hoy Jesús nos anuncia: «El que no está contra nosotros, está a favor nuestro» (cf Mc 9,40). Parece un proverbio popular, pero es una explicación aclaratoria y severa de cuando las personas son de Dios y del bien, o no.
¿Cómo puedes conocer la verdad de una persona o de un acontecimiento o de una situación determinada? ¿Quién te lo puede descubrir? Jesús. Él te da la respuesta clara. Defender la fe, sí, pero siempre desde el discernimiento para juzgar si está en contra de Dios o a favor. Importa mucho que luches contra el mal. Importa que tengas «celo» por el mensaje y la persona de Jesús, pero valora si va en su contra o en su favor.
También hoy se te da otra lección que te lleva a dejar que otros brillen, mientras que tú te sientas en la penumbra, oscurecido por sus hechos o palabras y quizás te hacen sombra. Si es así, no les hagas el vacío, no les niegues tu apoyo, sino ten como norma buscar siempre la gloria del Señor. Piensa que en hacer el bien se te pueden mezclar particulitas del mal, por eso tendrás que esclarecer lo que hay de bueno y verdadero.
Anuncia la «Buena Noticia», pero desde el corazón de Dios, y déjate corregir por Él en tus miradas cortas y en tus intereses, que quizá se confunden con todo lo que toca a Él. Dile: Dame, Señor, atención y lucidez para ver los valores evangélicos y los no evangélicos. Que sepa descubrir lo bueno y lo que no es luz ni amor según tu corazón. Sé luz para mis ojos y para mi inteligencia. Que nunca confunda tus caminos. Madre de la fe y de la clarividencia, ayuda mi falta de fe y mi falta de luz.
Tomado del libro: 365 días con Jesús, Francisca Sierra Gómez
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