PARROQUIA
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
DOMINGO
II DE ADVIENTO – CICLO B
DICIEMBRE
10 DE 2017
MONICIONES
ENTRADA: Sean bienvenidos, hermanos, a
celebrar nuestra fe. Nos vamos adentrando en este tiempo de preparación para la
Navidad. Juan Bautista, que preparó con su predicación la venida de Jesús, el
Mesías, al pueblo de Israel, nos repetirá hoy el mismo mensaje: “Preparad el
camino del Señor”. Dispongámonos para escucharle con fe, conscientes de nuestra
necesidad de salvación.
LECTURAS: Comenzamos a escuchar el evangelio de Marcos, que nos guiará a lo
largo de todo este año litúrgico. Juan Bautista es el protagonista de este
comienzo. Su papel es preparar la venida de Jesús, el Salvador. Juan bautizaba
con agua en señal de conversión; se reconoce inferior a Jesús y a su obra, que
consiste en el don del Espíritu Santo.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
En este tiempo de Adviento, dirijamos hermanos, nuestras súplicas a Dios Padre, que en Jesús nos envía su salvación. Digamos con profunda fe y esperanza:
VEN, SEÑOR JESÚS, A NUESTRO CORAZON
1. Por la Iglesia, enviada al mundo delante de
Cristo, como Juan Bautista, para que prepare el camino al Señor y todos puedan
ver la salvación de Dios, oremos.
2.
Por los que rigen las naciones, para que su justicia renueve la esperanza
de los que sufren a causa del hambre, del desempleo y de la pobreza, oremos.
3.
Por los enfermos y los que sufren, para que, en el desierto de su desolación,
escuchen la voz que grita la venida del Salvador, oremos.
4.
Por nuestras comunidades cristianas, para que, mientras esperamos la venida
del Salvador, realicemos obras de justicia, de paz y de amor, oremos.
5.
Por nosotros, para que la venida de Cristo nos libre de toda esclavitud, y
perdone nuestros pecados, oremos
OFERTORIO: Con
los dones de pan y vino que acercamos hoy al altar para el sacrificio
eucarístico, llevemos al altar nuestro deseo de convertirnos de verdad y crecer
en la caridad.
COMUNION: Cristo
es el mejor regalo que podemos recibir, acerquémonos con el corazón dispuesto a
permitirle habitar en nosotros y pidámosle que haga posible la conversión de
nuestro corazón
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