PARROQUIA
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
DOMINGO
05 DE NOVIEMBRE DE 2017 – XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIONES
ENTRADA: La asamblea cristiana se reúne en
torno a su Señor para entrar en la alegría del Domingo, y siendo alimentada con
la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía, se fortalece para vivir en el camino
de seguimiento del Señor. Abramos nuestro corazón para participar de esta
liturgia de la santa Misa.
LECTURAS: Hoy como ayer, la Palabra de Dios
se nos presenta como un don y nos llena de esperanza en medio de las situaciones
cotidianas de la vida cristiana. Abramos nuestros oídos al Señor y pidámosle
que nos regale la autenticidad del verdadero discípulo. Escuchemos.
ORACION
DE FIELES
Presentemos al Señor nuestra oración confiada
y pongamos en sus manos todo lo que somos, lo que tenemos y lo que queremos
ser. Nos unimos diciendo:
MAESTRO
BUENO, INTERCEDE POR NOSOTROS
1.
Padre santo, concede la seriedad y
autenticidad a tu Iglesia, a sus ministros y a las comunidades cristianas, para
que sean testimonio vivo del amor de Jesucristo, roguemos al Señor.
2.
Padre de misericordia, acompaña la labor de
nuestros gobernantes para que sus promesas sean realidades en bien de las
comunidades a ellos encomendadas, roguemos
la Señor.
3.
Padre y Señor de los pobres, fortalece la
vida de los que sufren y viven tristes, para que en la cercanía de los hermanos
puedan experimentar la paz, roguemos al
Señor.
4.
Padre de amor, haz que esta asamblea sea
testigo valiente de la resurrección de tu Hijo y que viva según su Palabra, en
el ser vicio y la humildad, roguemos al
Señor.
Padre de misericordia, escucha las oraciones
que te presentamos y da a tu Iglesia aquello que le conviene en su camino de
discipulado, para el bien de la humanidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OFERTORIO: Deseosos
de vivir en paz y armonía con nuestro prójimo, llevemos al altar las ofrendas
para el sacrificio, el Señor nos concederá alcanzar un amor humilde y una
auténtica fraternidad.
COMUNION: La
comunión nos fortalece para vivir de acuerdo al mandato de Jesús. Acerquémonos
a recibir con verdadera fe y devoción el alimento que nos salva.
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