PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL
ROSARIO – ANOLAIMA
SÁBADO SANTO “VIGILIA PASCUAL” –
ABRIL 15 DE 2017
MONICIONES
BENDICIÓN
DE LA LUZ: Hermanos, en esta noche Santa, en que nuestro Señor Jesucristo,
ha pasado de la muerte a la vida, la Iglesia invita a todos sus hijos,
dispersos por el mundo, a que se reúnan para velar en oración. Hoy celebramos
en la fe, el acontecimiento central de nuestra vida. ¡CRISTO HA RESUCITADO!
Ahora,
para comenzar esta solemne celebración, la más grande de la vida de la Iglesia,
participemos, todos unidos, de esta primera parte, llamada LITURGIA DE LA LUZ.
BENDICIÓN DEL FUEGO: Hermanos,
ahora va a ser bendecido el fuego. Y con ese fuego, se encenderá el cirio
pascual. Con este signo, la Iglesia quiere expresar su deseo de pasar: de la
oscuridad a la luz; de la maldad al bien; de la muerte a la vida; del Viernes
Santo al Domingo de Resurrección.
PROCESIÓN: Hermanos,
ya está el cirio pascual encendido. Y así como el antiguo Pueblo de Israel,
durante su marcha por el desierto, tenía una nube luminosa que señalaba su
camino, nosotros, el nuevo Pueblo de Dios, nacido en la Pascua, tenemos a
Cristo que ilumina nuestro caminar por la tierra. ¡Cristo es nuestra luz! ¡Él
es nuestro guía! ¡Él es el Maestro vivo y cercano que camina ante nosotros
abriéndonos camino! Unidos en la fe y la alegría: ¡le aclamamos!
PREGÓN
PASCUAL: Vamos a escuchar ahora el pregón pascual, en que la Iglesia
anuncia el inicio de la Pascua. Y que nuestras velas encendidas den testimonio
de nuestra unión con Cristo y de nuestra alegría por su triunfo.
LITURGIA
DE LA PALABRA: Comenzamos ahora la segunda parte de nuestra celebración: es
la liturgia de la Palabra. Con nuestro silencio meditativo, con nuestros cantos
y nuestras oraciones, vamos a abrirnos a esta Palabra que el Señor nos dirige.
ANTES DEL CANTO DEL ALELUYA:
Hermanos, con el gozo de la Pascua que estamos celebrando, unidos en una misma
fe y en una misma esperanza, seguros de nuestra propia resurrección, nos unimos
a todos los cristianos del mundo con el canto pascual del Aleluya.
LITURGIA
BAUTISMAL: Comenzamos ahora la tercera parte de nuestra celebración. Es
la liturgia del Bautismo. Con nuestra oración y nuestras palabras, vamos a
renovar nuestro Bautismo. Desde el cirio pascual, vamos a recibir de nuevo la llama
de fuego para encender nuestras velas.
ASPERSIÓN:
Ahora,
renovado nuestro compromiso bautismal, el celebrante va a proceder a la
aspersión de cuantos estamos aquí celebrando esta solemne vigilia de la Pascua
del Señor.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
Como pueblo sacerdotal,
renovado por la gracia de nuestro bautismo, con una confianza también renovada,
nos dirigimos a Dios nuestro Padre en oración por toda la humanidad, diciendo:
CRISTO RESUCITADO,
ESCÚCHANOS
1.
Por
la santa Iglesia de Dios, renovada y embellecida en esta noche con la gracia y
vida de Cristo resucitado, para que sea signo vivo de su Resurrección. Roguemos al Señor.
2. Por las autoridades
civiles de nuestro país y del mundo, para que sean iluminadas en su gobierno
con la luz de lo alto para ser intermediarios de la prosperidad y la justicia. Roguemos al Señor.
3. Por los pobres y
desheredados de este mundo, por los ancianos abandonados y por todos los
marginados, para que, al menos, un rayo de esperanza brille en sus vidas. Roguemos al Señor.
4. Por todos los que en este
tiempo pascual reciban el bautismo, niños y adultos, para que gocen en plenitud
de los dones del Espíritu. Roguemos al
Señor.
5. Por todos los que creemos
en Cristo resucitado, para que seamos portadores y testigos de su luz y de su
paz a todos los que la necesitan.
Roguemos al Señor.
OFERTORIO: Vamos a dar comienzo a la cuarta parte de esta celebración, es la liturgia eucarística. Como hermanos en la fe, participamos en la mesa de Cristo, que es fraternidad y memorial de su muerte y resurrección. Este es el momento de preparar la mesa del altar.
COMUNIÓN:
Este es Jesús, nuestro Señor resucitado, que dijo a sus
apóstoles, y nos dice de nuevo a nosotros esta noche: «Yo soy el pan de vida. Quienes
comen mi carne y beben mi sangre tienen vida eterna y yo viviré en ellos». Con
esta clara fe, acerquémonos a la mesa del Señor.
DESPEDIDA: Hermanos,
hemos participado en la GRAN celebración de la comunidad cristiana. Dios ha
cumplido sus promesas y ha resucitado al Señor Jesús. Por eso «ALELUYA» es
nuestro canto. Ahora, vayamos a la vida y anunciemos esta Buena Noticia;
nuestro mundo sigue necesitando de buenas noticias. Que cada uno de nosotros
seamos TESTIGOS de Cristo resucitado. Para que lo podamos vivir así, recibimos
ahora la solemne bendición pascual.
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