miércoles, 22 de junio de 2016

Moniciones Domingo XIII del Tiempo Ordinario - Ciclo C

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C
JUNIO 26 DE 2016

MONICIONES

ENTRADA: El Señor nos ha convocado este Domingo y nosotros hemos respondido. Dispongámonos para acoger libre y alegremente la invitación  que nos hace a través de su palabra y, alimentados con su Cuerpo y su Sangre, pidamos la fuerza para que nuestro compromiso  con Él, trascienda los muros del templo y nos haga testigos que acercan a Dios a nuestros hermanos. Participemos con gozo.

LECTURAS: "El Señor es mi heredad". La Palabra de Dios no invita a ponerlo a Él y su Reino como el máximo bien al que podamos aspirar. UN bien que lo pone en el centro de la vida para servirlo en los hermanos. Que el Espíritu Santo nos asista para escuchar, comprender y hacer vida su mensaje.

ORACIÓN DE FIELES

Como Iglesia convocada en el amor de Dios, presentemos al Padre del Cielo nuestras necesidades y las del mundo entero:

DUEÑO DE LA VIDA, ESCÚCHANOS

1. Por la Iglesia Universal, el Papa Francisco, los Obispos, Presbíteros, Diáconos, Religiosos, Religiosas y laicos comprometidos. Que convocados por Dios  para enviarlos a predicar, sean puente a través del cual la voz de Dios llegue a muchos y los ponga en camino tras las huellas de Jesús.

2. Por los gobernantes de las naciones y en especial de nuestro país. Que también ellos sientan el llamado que Dios les hace para comprometerse por una vida más digna para todos.

3. Por los que sufren en el alma y en el cuerpo. Que a ellos llegue la presencia de Dios por medio de la voz, las manos y la ayuda de los creyentes que entienden su vocación como servicio afectivo y efectivo hacia ellos.

4. Por los jóvenes que experimentan en el fondo de su ser el llamado de Dios a una entrega más radical. Para que no tengan miedo de dar su sí confiado e incondicional a hacerse discípulos misioneros que hacen camino con el Señor.

5. Por esta asamblea congregada en e día del Señor. Que la voz de Dios nos haga hombres y mujeres que hacemos presente el reino de Dios en nuestras familias y en el ejercicio de nuestra vida ciudadana.

Padre bueno, escucha la oración que te dirigimos  con fe. Concédenos lo que te hemos pedido confiadamente, pro mediación de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

OFERTORIO: Llevemos al altar nuestros dones, que dentro de poco serán cuerpo y sangre de Cristo. Este es el alimento espiritual que nos da la fortaleza para ser de verdad, sus fieles discípulos.

COMUNIÓN: La Eucaristía es el banquete que da vida  y en el cual podemos participar todos los que hemos sido llamados a la mesa del Señor. Acerquémonos a recibir con toda reverencia el alimento que nos renueva continuamente.








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