jueves, 31 de marzo de 2016

Moniciones Segundo Domingo de Pascua - Ciclo C

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA – CICLO C

MONICIONES

ENTRADA: Hermanos y hermanas, la resurrección de Jesús es el núcleo central de nuestra fe. Es el mismo Jesús de Galilea que nos invita a la Eucaristía para hablar con nosotros, alimentarnos mientras llega nuestra propia resurrección  y fortificarnos para seguir con nuestra misión. Celebremos con fe.

LECTURAS: la Palabra que Dios nos regala para hoy, es una invitación a pensar en nuestra Iglesia y en especial en nuestra comunidad parroquial y preguntarnos ¿cómo estamos viviendo la experiencia de Jesús resucitado? ¿Estamos viviendo la alegría de creer en Jesús o aún dudamos como Tomás? Escuchemos atentos.

MONICIONES

Alegres por la resurrección de Cristo, dirijamos nuestra oración al Padre Misericordioso, para que nos ayude a caminar siempre con fe y esperanza. Digamos:

CRISTO, VIDA NUESTRA, ESCÚCHANOS

1.     Por el papa, los obispos y sacerdotes para que en todas sus actuaciones sean dóciles al Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
2.     Por todos los gobernantes de las naciones para que ejerzan su autoridad en servicio de los más pobres y débiles de la sociedad. Roguemos al Señor.
3.     Por todos los que viven al margen de la sociedad, por los enfermos, los encarcelados y los que viven en soledad para que el Señor y nosotros les visitemos y animemos. Roguemos al Señor.
4.     Por todos los catecúmenos de la iglesia para que sigan creciendo en la fe recibida. Roguemos al Señor.
5.     Por todos nosotros los que formamos la comunidad parroquia de Anolaima, para que aumente nuestra fe en Cristo Resucitado y seamos sus testigos. Roguemos al Señor.
6.     Por todos los difuntos de nuestra parroquia para que vivan la vida nueva con Cristo Resucitado. Roguemos al Señor.
Escucha Señor las oraciones que te hemos dirigido y acompáñanos en este camino gozoso de la Pascua. PJNS. Amén.

OFERTORIO: la vida nueva que trajo Jesús se hace realidad hoy día a través de nosotros, el pueblo de Dios. Ofrezcamos ante el altar, los frutos de esta vida nueva y resucitada; el pan y el vino de nuestro esfuerzo cotidiano.


COMUNIÓN: Comulga y alégrate al recibir a Jesús en tu corazón. Recuerda que es alimento para el camino, que el mismo Jesús te purifica de tus pecados veniales y quiere darte fuerzas para no caer más.

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