MONICIONES
(en el lugar de inicio de la
procesión)
Monición inicial: Hermanos, nos hemos
reunido esta mañana para iniciar la celebración de la Semana Santa recordando
aquella entrada de Jesús a Jerusalén. Hoy, nosotros aclamaremos a Cristo,
nuestro Rey y Redentor, igual que los hebreos, con palmas y ramos, símbolo de
vida y de victoria; que nuestra alabanza sea una profesión de fe y un
compromiso para seguir al Señor en su camino hacia la cruz a través de ella
hacia el triunfo definitivo.
Monición antes de la lectura del Evangelio: Escucharemos ahora la
proclamación solemne del hecho histórico de la entrada de Jesús en Jerusalén.
En el entusiasmo de la alegría, no olvidemos que el Reino de Cristo no es de
este mundo.
Monición
a la bendición de Ramos: Ha
llegado el momento de la bendición de las palmas y ramos para conmemorar la
Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Levantemos nuestras palmas y escuchemos
atentamente la oración del sacerdote.
Monición
a la procesión: Iniciaremos
nuestra procesión acompañando a Jesús en su caminar, Que esta procesión nos
haga comprender lo que debe ser nuestra vida de bautizados; aclamar al Señor
nuestro Salvador, por una vida dedicada a su servicio, siguiéndolo fielmente,
paso a paso.
(en el Templo)
Monición de entrada: Bienvenidos
a esta celebración con la que iniciamos la Semana Santa. El Domingo de Ramos,
recordamos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; hoy todos le aclamamos,
porque creemos en Él, porque queremos seguirle en estos días santos, porque
estamos convencidos de que su pasión, muerte y resurrección nos abre también a
nosotros las puertas de la vida.
Monición a las lecturas: Escucharemos
en las lecturas, cómo desde el Antiguo Testamento estaba ya anunciada la Pasión
y muerte de Jesucristo. Nos hablarán de la entrega total de Jesús, de su
padecimiento y su destacada obediencia silenciosa y pacífica.
Monición al Evangelio: Dispongámonos ahora
a escuchar, en el centro de nuestra celebración de hoy, el relato de la pasión
del Señor. Contemplemos el camino de Jesús hacia la muerte, por amor y
fidelidad a Dios y a nosotros. Y agradezcamos ese sacrificio, con fe y con
esperanza, porque sabemos que de la cruz de Jesús brota nuestra vida.
ORACIÓN UNIVERSAL
Así como Jesús suplicó en la cruz, al Padre por la
salvación de toda la humanidad, imploremos, hermanos, por nosotros y por todos
los hombres, diciendo:
POR LA
PASIÓN DE TU HIJO, ESCÚCHANOS SEÑOR
1.
Para
que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por ellos,
tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé valor para
acercarse al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón
y de la paz. Roguemos al Señor.
2.
Para
que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie
con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia,
la maldad o las propias pasiones. Roguemos
al Señor.
3.
Para
que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y
abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les
envíe a su ángel para que los conforte. Roguemos
al Señor.
4.
Para
que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de
nosotros, nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte,
en su paraíso. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al
mundo, para que, con su pasión destruyera el pecado y la muerte y, con su Resurrección,
nos devolviera la vida y la felicidad; escucha las oraciones de tu pueblo y haz
que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. Él, que vive
y reina por los siglos de los siglos.
Monición de Ofrendas: Ofrezcamos al Señor
el pan y el vino junto un firme propósito de fidelidad, acompañándolo en cada
uno de nuestros hermanos.
Monición a la Comunión: Jesús nos invita a su Mesa de amor. Celebremos su llegada triunfal, unidos por el banquete que Él mismo nos prepara.
Adaptación de: laverdaderalibertad
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