miércoles, 3 de junio de 2020

No juzgues por las apariencias


A pesar de lo difícil que le está resultando a Jesús expresarse en medio de la fiesta en el templo de Jerusalén, a pesar de que le tildan de loco, de que le buscan para matarlo, mucha gente del pueblo le sigue: «De la gente, muchos creyeron en él y decían: “Cuando venga el Mesías, ¿acaso hará obras mayores que las que ha hecho este?”» (cf Jn 7,31).

Jesús comprende que el pueblo no conoce su misión, no conocen por qué le ha enviado su Padre y solo juzgan por las apariencias. Sabe muy bien que tiene espías, guardias para prenderlo, pero no ha llegado su hora y deja a todos desconcertados.

Continúa aprendiendo las lecciones de amor de Jesús: cómo actúa ante el rechazo, cómo advierte que no le juzguen por las apariencias y cómo valora que muchos crean en él.

Vuelve a reconsiderar: ¿cómo valoras a los demás? ¿Acomodas a Jesús a tu forma de obrar, o al revés, es Jesús el que marca las pautas de tu vida? ¿Oyes su voz en tu corazón? ¿Te sientes libre en el anuncio del Evangelio? Con Jesús, dedica un espacio para dialogar con él: Jesús, sé y admiro cómo actúas. Ayúdame a valorar tu acción en mí. Que esté abierto a tu mensaje y, a pesar de lo que pueda pasar, sea fuerte y agradecido para decir y proclamar tu amor. Ayúdame en este difícil camino. Madre del amor, dame la gran fuerza de ser como Jesús.


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