Escucha con atención los consejos que nos da Jesús acerca de los escándalos que pueden suceder en la convivencia diaria: «Si tu hermano está contra ti, repréndelo los dos a solas... Y si no te hace caso, llama a otro o a otros dos... Si aún no te hace caso, díselo a la comunidad» (cf Mt 18,15-17).
Toda nuestra vida debe estar informada por el amor entre nosotros. Y esta caridad la debemos manifestar en la corrección fraterna y en la oración comunitaria.
Comprende que para saber convivir con los otros hay que saber perdonar una y mil veces y saber recibir el perdón. Todos caemos y tienes que saber que, si tienes amor, debes hablar personalmente con la persona que ha cometido esos errores, siendo consciente de que tú los puedes cometer igual o peor. Por encima de todo deben dominar en ti la misericordia y el perdón.
Saber convivir es esencial y para conseguirlo hay que aceptarse y sobre todo hay que saberse perdonar siempre. ¿Cómo es tu convivencia? ¿Sabes utilizar con los criterios de Jesús la corrección? ¿Sabes perdonar y recibir el perdón? Dite siempre en tu interior: no a la división y sí a la comunicación y buena relación.
Pide a Jesús que seas portador de paz, de unidad y de amor, que es su mensaje esencial a lo largo de su vida: Señor, que sepa ser medio de unidad con las personas que convivo diariamente. Que, lleno de amor y misericordia, reciba las observaciones que me hagan y que haga a los demás. Y que por encima de todo, viva el amor con todas las consecuencias.
Tomado del libro: 365 días con Jesús, Francisca Sierra Gómez
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