martes, 26 de mayo de 2020

«¡Ay de ti, Betsaida! ¡Ay de ti, Corazaín!»



¡Qué queja tan dolorosa la que nos muestra hoy Jesús! Le duele la ingratitud de las ciudades en las que se ha desbordado haciendo milagros.

Si trasladas esta situación a tu vida, verás cuánto ha hecho el Señor y no te das cuenta. Y, ¡si te dieras cuenta del gran amor que te tiene!, quizás desbordarías de agradecimiento. No tendría que repetir la queja que realizó a estas ciudades: «¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo se hubieran convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza» (cf Lc 10,13).

¿Cómo reaccionas tú ante tanto como se te da? Piensa: «Al que mucho se le dio y al que mucho se le confió, mucho se le reclamará» (cf Lc 12,48).

Dios siempre te está llamando. No cierres los oídos para escucharle, no rechaces lo que gratuitamente se te ofrece. Se te entrega la misericordia, el perdón, el amor; rechazarlos es rechazar a Jesús. Déjate inundar por las obras maravillosas que Dios hace en tu vida.

Señor, que sepa escucharte, acogerte, sensibilizarme a tu amor sobre mi vida. No quiero que tengas que repetir la queja que realizaste sobre estas ciudades. Dame un corazón abierto para quererte y para acogerte. Que sepa agradecer todo lo que haces en mí.


Tomado del libro: 365 días con Jesús de Francisca Sierra Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada