PARROQUIA
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
FEBRERO 26 DE
2017 – DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A
MONICIONES
ENTRADA: Hermanos: Muchos
cristianos han tenido y siguen teniendo dudas sobre la cercanía de Dios y su
amor para con nosotros, sobre todo en tiempos de oscuridad en que se acumulan
las desgracias personales o comunitarias. Iniciemos esta Eucaristía confiados
en que Dios siempre atiende nuestras necesidades.
LECTURAS: Las lecturas de hoy nos ofrecen varias imágenes de Dios; Isaías habla
de él como de una madre que no puede olvidar a su hijo; Jesús, en el evangelio
de Mateo, lo muestra como el Padre providente y amoroso que cuida de sus hijos;
Pablo presenta al Dios de Jesucristo en su dimensión de juez justo que pone de
manifiesto las intenciones del corazón. Escuchemos atentos.
ORACION DE FIELES
Como hijos de Dios, pongamos nuestra confianza absoluta en el Padre
celestial, porque Él sabe lo que necesitan aun antes de pedirlo. Dirijámonos a
Él diciendo:
DIOS DE AMOR, EN TI CONFIAMOS
1. Por la Iglesia y sus Ministros, para que depositando su confianza en
Dios, continúen su misión evangelizadora en todos los rincones del mundo, oremos.
2. Por los gobernantes y líderes sociales, para que trabajen por el bien
de las mayorías y procuren el desarrollo de los pueblos, oremos.
3. Por quienes sufren injusticia social para que nuestra ayuda sea para
ellos la presencia misericordiosa de Dios, oremos.
4. Por los que estamos aquí reunidos para que como comunidad caminemos
salgamos al encuentro de quienes han perdido la esperanza, Oremos.
5. Por nuestros hermanos que sufren enfermedad, para que Dios sea su
consuelo y esperanza, oremos.
Padre de amor, sólo en Ti descansa nuestra alma, acoge nuestras
oraciones y ayúdanos a vivir según tu voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
OFERTORIO: Nuestro Padre, conoce toda necesidad, proveerá, incluso sin
necesidad de pedírselo. En el Altar pongamos nuestra ofrenda generosa.
COMUNION: Acerquémonos a recibir a
Jesús Eucaristía. Él nos llena de alegría y nos impulsa para vivir una semana
con la seguridad de su presencia salvadora.
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