jueves, 25 de agosto de 2016

Moniciones Domingo XXII TO -Ciclo C

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO – ANOLAIMA
DOMINGO 28 DE 2016 -  XXII DEL TIEMPO ORDINARIO
 
MONICIONES

ENTRADA: la Eucaristía de hoy se nos propone una seria reflexión sobre la humildad y del sentido social de nuestros gastos. El humilde tiene el acceso a los secretos de Dios. Pero Jesús, además de añadir que el humilde será enaltecido, nos pide que en nuestro tiempo de ocio y en nuestros gastos no nos olvidemos del pobre y del necesitado. Se trata del sentido de la justicia en el seguidor de Jesús. Bienvenidos a esta celebración.

LECTURAS: Jesús, comiendo en casa del fariseo, denuncia la soberbia de este grupo humano y su poca sensibilidad social. Es hipócrita pretender estar cerca de Dios cuando se está lleno de soberbia y cuando se cierra los ojos ante los pobres y necesitados.

ORACION DE FIELES

A Dios nuestro Padre, fuente y origen de toda sabiduría, le presentamos nuestras necesidades mediante la oración comunitaria. Digamos unidos:

PADRE DE AMOR, ESCÚCHANOS

1.      Por la Santa Iglesia, sus Pastores, sus diversos ministerios, y  todos los que formamos el Pueblo de Dios. Roguemos al Señor.

2.      Por los pueblos y naciones, en sus dirigentes y legisladores, en sus magistrados y en las culturas que los conforman. Roguemos al Señor.

3.      Por todos los que los sistemas injustos de este mundo convierten en humildes a la fuerza y necesitados de los demás. Roguemos al Señor.

4.      Por cuantos causan las injusticias de este mundo, instalados en su bienestar, sin mirar la necesidad de los demás. Roguemos al Señor.

5.      Por nosotros, que seguimos a Jesús, para que lo hagamos en la humildad, la sabiduría y la caridad. Roguemos al Señor.

6.      Por nuestros familiares y amigos difuntos, para que podamos participar con ellos un día en la gloria del Señor. Roguemos al Señor.

Ven, Padre, en nuestra ayuda. Aumenta nuestros deseos de conocerte. Haz que seamos humildes para llenarnos de tu sabiduría eterna e infinita. Por JNS.

OFERTORIO: Recordemos que la mejor ofrenda es nuestro ser y nuestra vida misma. Junto con el pan y el vino, presentamos también nuestros esfuerzos de cada día como un sacrificio agradable al Señor.

COMUNIÓN: Con un espíritu humilde y contrito acerquémonos a recibir a Jesús presente en este misterio eucarístico.


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