miércoles, 27 de mayo de 2020

La alegría de la misión



Hoy disfruta viendo a Jesús contento al ver regresar a sus discípulos de la misión que les ha encomendado: «En aquella hora se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien”» (cf Lc 10,21).

Dios se te manifiesta cuando eres sencillo y humilde, cuando te consideras pobre y necesitado de su ayuda, cuando pones tu confianza en su poder. Entonces verás maravillas en tu vida. Disfruta repasando muy despacio en tu interior este precioso himno de alabanza de Jesús, que agradece a su Padre el poder que ha dado a sus discípulos.

Esta es la lección de hoy: humildad y pequeñez para seguir mereciendo recibir los secretos del corazón de Dios. Escucha la palabra de Dios. Hazte niño pequeño para que se te revele el amor de Dios en tu corazón. Tienes que ser muy pobre de espíritu y estar vacío de ti mismo. Este es el gran secreto reservado para ti.

Piensa: ¿por qué se alegra el Señor? ¿Por qué se alegra en tu vida? ¿Cuándo y cómo te tienes que alegrar en tu misión de ser testigo? ¿Agradeces todos los días su gran bondad sobre ti?

Todos los días quiero, Señor, agradecerte la oportunidad que me das de conocerte y comprender tu gran bondad. Que sepa descubrirte en todo y en todos para admirarte, glorificarte y amarte.


Del libro: 365 días con Jesús, Francisca Sierra Gómez

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