Moniciones cuarto Domingo de Pascua - Ciclo C

MONICIONES CUARTO DOMINGO DE PASCUA - CICLO C

ENTRADA: En el gozo de la Pascua, hoy venimos como pueblo y ovejas del rebaño de Jesucristo a celebrar el día del Señor, contemplándolo a Él como nuestro buen Pastor, que sigue actuando en la persona de los Ministros de la Iglesia, el Papa, nuestros Obispos y Sacerdotes, unidos a ellos participemos en esta celebración.

PALABRA: La Palabra de Dios que ilumina nuestro diario caminar, hoy nos invita a seguir al buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Escuchemos atentos.

ORACION DE FIELES

Hermanos, elevemos nuestra oración al Padre celestial, mediante Jesucristo, el Buen Pastor, unámonos diciendo:

JESÚS, BUEN PASTOR, ESCÚCHANOS

1.      Para que el  Señor le conceda al papa Francisco, a nuestros Obispos y Presbíteros, los sentimientos de Jesús, el Buen Pastor, para enseñar, santificar y gobernar a su pueblo. Roguemos al Señor.

2.    Para que el Señor conceda a todos los gobernantes que las diferentes naciones del mundo, sabiduría y prudencia para regir sus pueblos y favorecer a los más débiles y necesitados. Roguemos al Señor.

3.    Para que el Señor les conceda a los que carecen de empleo digno para el sostenimiento de sus familias, los auxilios oportunos; a los enfermos, el consuelo; y a los afligidos, un socorro oportuno. Roguemos al Señor.

4.    Para que el Señor conceda a la Iglesia en esta generación, suficientes ministros, según su corazón, y a los que dirigen y orientan los Seminarios y las casas de formación, sabiduría para discernir sobre sus elegidos. Roguemos al Señor.

5.     Para que el Señor escuche nuestras súplicas y nos conceda sentirnos auténticos miembros de su rebaño, escuchando su voz y siguiéndole. Roguemos al Señor.

Padre de bondad y de misericordia, que sabemos, estás atento a nuestras súplicas, queremos dejar también las que llevamos en lo profundo de nuestro corazón, mediante la intercesión de Jesucristo, nuestro Buen Pastor, que vive y reina por los siglos e los Siglos. Amén

OFRENDAS: Presentemos al Padre nuestros dones, que significan la ofrenda de nuestra misma vida. Unidos al Buen Pastor, encontraremos la felicidad en darnos sin reservas.

COMUNIÓN: Cristo, nuestro Cordero Pascual, ha sido inmolado. El permanece entre nosotros y se nos da como alimento que os renueva y nos une a Él y a nuestros hermanos